viernes, 3 de marzo de 2017

Del Renacimiento a las Vanguardias. Obras maestras del Museo de Budapest.

Buda y Pest

A lo largo del Rin y también a orillas del Volga, han sido edificadas muchas ciudades, pero el Danubio es el único río de Europa cuyas ondas acarician el suelo de ocho países y las piedras de tres capitales. De esas tres capitales, es Budapest la que se halla en el centro. A ella llegan las aguas del Danubio procedente de Viena, y siguen su curso hacia Belgrado que está en la ribera derecha y también en esa ribera se estableció, hace muchos siglos, el cetro de la vida de Viena. Pero ¿Dónde se estableció el de Budapest? Esta cuestión resulta ya un tanto complicada. Escuchemos los latidos de la ciudad... Parece como si en la orilla izquierda esos latidos fueran más fuertes. Pero no tanto como para que afirmemos categóricamente que es ahí donde se halla el corazón de la ciudad. Las aguas del Danubio también cortan en dos la ciudad de Viena. Pero eso es debido solamente a que la ciudad, al extenderse, ha sobrepasado el límite del rio.

¿Y en Budapest? Aquí en las dos orillas, fueron desarrollándose dos ciudades, que compiten entre sí pero que,  no obstante, se hallan unidas por miles de lazos.

En estos lugares, el caudal del río es mayor que en Viena. Antaño era frecuente que, durante el invierno, cesara todo el tráfico entre las dos orillas. A veces, sólo por unas semanas; otras, por meses enteros. Lo que dio vida a Pest fue en primer lugar en la orilla del río se hallaba Buda. Y, a Buda, el que en la orilla de enfrente se encontrara Pest. Más exactamente, lo que dio vida a ambas fue el hecho de que, desde tiempos inmemoriales, se halla entre ellas el mejor lugar del curso medio del Danubio para atravesar el río […]

Ni Buda, ni Pest

Lo que no es Buda ni es Pest, es el Danubio. Y los puentes, y los barcos, y las islas.

El título del vals “El Danubio azul” engaña. El Danubio no es azul ni siquiera ya en Viena.

Y, en Budapest, mucho menos. Mas las cámaras fotográficas no dan crédito a nuestros ojos y nos presentan en azul ese Danubio gris-verdoso.

Hecha la introducción a la bella ciudad de Budapest, recordando el viaje que hace años hice y la visita a los dos grandes museos. Comienzo la visita a la exposición presentada por el Museo Thyssen-Bornemisza,  Obras maestras de Budapest. Del Renacimiento a las Vanguardias. Esta exposición reúne por primera vez en España una destacada selección de 90 obras, pinturas, dibujos y esculturas procedentes de las colecciones del Museo de Bellas Artes de Budapest y de la Galería Nacional de Hungría, obras de escuelas como la italiana, alemana, flamenca o española, desde el siglo XV al XX, que incluyen  grandes nombres de la historia del arte como Leonardo da Vinci, Durero, Rubens, Velázquez, Tiepolo, Goya o Manet, además de interesantes ejemplos de artistas húngaros, una muestra representativa de las colecciones de estas instituciones.


Los trabajos de reforma del Museo de Bellas Artes de Budapest cerrado hasta marzo de 2018, han posibilitado que el Thyssen pueda acoger obras que normalmente no se prestan para otras exposiciones. Comisariada por Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen, y Mar Borobia, jefe del Área de Pintura Antigua, está organizada en colaboración con el Museo de Bellas Artes de Budapest y la Galería Nacional de Hungría. Esta es la primera cita del programa expositivo con el que en 2017 se celebra el 25 aniversario de la apertura al público del Museo Thyssen.

El recorrido por la muestra está articulado en torno a siete secciones: El Renacimiento en el norte, que muestra la pintura alemana y flamenca del siglo XVI con la presencia de artistas como Alberto Durero, la figura más célebre del Renacimiento alemán, representado en la sala por Retrato de un joven (hacia 1500-1510) y Lancero a caballo (1502), en esta primera sección se reúne la obra de otros destacado artistas de los países del norte de Europa, como Lucas Cranach el Viejo y su Salomé con la cabeza de San Juan Bautista (hacia 1526-1530).


El Renacimiento en el Sur, con obras de Leonardo da Vinci, el dibujo Estudios de patas de caballo (hacia 1490-1492) y la pequeña estatua ecuestre Guerrero a caballo (1500-1550). De excelente factura son también la Madonna Esterházy (hacia 1508) de Rafael, una obra emblemática de su etapa de madurez. La Adoración de los pastores (hacia 1539-1540 de Bronzino, una obra maestra que representa el manierismo en su punto más álgido, y La Magdalena penitente (h.1576) del Greco, que registra la influencia italiana en el arte cretense.

El Barroco en Flandes y Holanda, Un gran lienzo de Rubens, uno de los mayores representantes del Barroco, abre el siguiente capítulo, dedicado a este movimiento artístico en los países de Flandes y Holanda. Se trata del óleo Mucio Escévola ante Porsena (hacia 1618-1620), en el que el pintor se vale de todos sus recursos para reflejar la escena con gran intensidad, demostrando su magistral síntesis de la escuela holandesa e italiana. Es muy probable que en  esta obra colaborara su mejor discípulo Anton Van Dyck, del que también se expone San Juan Evangelista (hacia 1620) lienzo que formó parte de un apostolado. Hay otros pintores flamencos presentes en la muestra.


El Barroco en Italia y España, los más importantes representantes de la pintura española del Siglo de Oro están reunidos en este espacio. Destacan entre ellos Francisco de Zurbarán, con la Inmaculada Concepción (1661) tardia, y Diego Velázquez con El almuerzo (hacia 1618-1619), una obra de juventud en la que plasma de manera sencilla un tema cotidiano. También están  presentes Alonso Cano, Bartolomé Murillo y Mateo Cerezo, con esplendidos lienzos de temática religiosa. Junto a ellos excelentes ejemplos también de la pintura italiana barroca, destaco una colorista Anunciación (hacia 1640) de Bernardo Strozzi.

El Siglo XVIII, dentro de la magnífica colección de pintura italiana que posee el Museo de Bellas Artes de Budapest, por su calidad y por el número de obras, destaca especialmente la representación de la escuela veneciana, En este apartado, el más amplio de la exposición, se muestra una selección  de estos fondos que incluye el óleo Betsabé en el baño (1724) de Sebastiano Ricci y la Virgen exhortuando a Santa Teresa a que nombre a San José protector de la Orden Carmelita (1749-1750) de Giambattista Tiepolo, así como varios paisajes urbanos de los afamados vedutistas Canaletto, Guardi y Bellotto. Completan  la sala tres lienzos de Francisco de Goya –un retrato de la esposa de Ceán Bermúdez (1792-1793), La aguadora (1808-1812) y el afilador (1808-1812). Un conjunto de obras del escultor alemán Franz Xaver Messerschmidt, entre las que destaca la serie Cabezas de expresión, un catálogo de muecas faciales extremas, (aleación de plomo y estaño), y una representación de artistas húngaros, Jakab Bogdány, Ján Kupecký y Adán Mányoki.

La nueva imagen de la mujer,  El simbolismo fue uno de los movimientos artísticos vigentes durante el último cuarto del siglo XIX, en el que las emociones, los estados anímicos, los sueños y las fantasía cobraron un nuevo impulso a través de la figura femenina, A este universo particular pertenecen el francés Pierre Puvis de Chavannes, el suizo Böcklin, el alemán Franz von Stuck y el húngaro János Vaszary, cuya obra se reúne en este apartado junto con varias pinturas de Oshar Kokoschka, llenas de fuerza y expresión,  y Dama con abanico (1862) de Éduard Manet, vinculada al poeta precursor del simbolismo Baudelaire.

Del Impresionismo a las Vanguardias, en la última sala se presenta una selección de obras de distintos movimientos artísticos desde las últimas décadas del siglo XIX hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial. De la pincelada rápida y fresca de Claude Monet en Ciruelos en flor en Vétheuil (1879) y la forma de captar los efectos de la luz en El Pont Neuf (1902) de Camille Pisarro, a las nuevas fórmulas propuestas por los colores puros de Paul Gauguin  en cerdos negros (1891) o los volúmenes de Cézanne en el aparador (1877-1879). En este apartado destaca igualmente la presencia de grandes pintores húngaros, como Kárly Frerenczy, Adolf Fényes, Sándor Bortnyik.


El Museo de Bellas Artes de Budapest y la Galería Nacional de Hungría

Los fondos del Museo de Bellas Artes de Budapest con el resultado de la suma de varias colecciones antiguas, principalmente la de la familia Esterházy, adquirida por el Estado húngaro en 1870, a la que se unieron poco después otras como las del abogado Miklós Jankov o la del obispo János László Pyrker, así como obras procedentes de adquisiciones o donaciones particulares, llegando a contar en la actualidad con más de 100.000 piezas. Además de la colección de pinturas de maestros antiguos, que es la más significativa, el museo alberga importantísimos ejemplos de obras sobre papel, esculturas, antigüedades griegas, romanas egipcias y piezas modernas.

El museo se construyó en 1896, coincidiendo con la celebración del milenario de la fundación de Hungría, aunque no abrió  sus puertas hasta diez años más tarde, en 1906. Hacia 1913, ya incluía entre sus fondos arte moderno húngaro como una categoría propia, conjunto que se fue incrementando hasta que, en 1957, se decidió separarlo del resto del arte europeo, creándose oficialmente la Galería Nacional de Hungría. A partir de ese momento, el museo se concentró en las obras europeas, desde la Antigüedad hasta nuestros días mientras que el arte nacional quedó a cargo de esta nueva galería. En 1975, el museo le transfirió también sus fondos de maestros antiguos húngaros, de la Edad Media al Barroco, así como piezas de artistas nacionales de los siglos XVII y XVIII, y se creó una sección contemporánea, con arte húngaro posterior a 1945.

Recientemente se ha planteado una nueva estructura institucional que no separe las colecciones según la nacionalidad de los artistas. Uno de los objetivos de la reunificación es que las obras de maestros antiguos, tanto internacionales como húngaros, y los retablos medievales se agrupen en el Museo de Bellas Artes, razón por la cual su edificio está siendo reformado en la actualidad. Las colecciones húngaras e internacionales de los siglos XIX y XX se ubicarán en una nueva sede de la Galería Nacional de Hungría, cuya construcción está a punto de iniciarse.

Museo de Bellas Artes de Budapest 

© Mariví Otero 2017
Asistente: Manuel Otero Rodríguez

Bibliografía: Domokos Varga. Budapest. Corvina, Budapest, 1985. ISBN 963 13 2428 1. Budapest.
Museo Thyssen-Bornemisza- Oficina de Prensa. Imágenes y nota de prensa. Exposición del 18 de febrero al 28 de mayo de 2017. Madrid.

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