Mesa con mantel, salero, taza dorada, pastel, jarra, plato
de porcelana con aceitunas y aves asadas
Clara Peeters
Óleo sobre tabla, 55 x 73 cm
c. 1611
Madrid, Museo Nacional del Prado
Clara Peeters nació alrededor de
1588-90. Once de sus obras conocidas están fechadas y las más tempranas son de
1607 y 1608. Su momento de mayor actividad fue alrededor de 1611 y 1612, pero
se desconoce si pintó después de 1621.Fue pionera en el campo de la naturaleza
muerta y una de las pocas mujeres que se dedicaron a la pintura en Europa en la
Edad Moderna. Diversos testimonios permiten suponer que desarrolló su trabajo
en Amberes, aunque pudo realizar algún viaje a Holanda. Aunque no aparece
inscrita en el gremio de pintores de la ciudad, es citada en un documento como
pintora de Amberes y al menos seis de los soportes que empleó para sus cuadros tienen marcas que
indican que las tablas fueron preparadas en esa ciudad. Además, en la hoja de
tres de los cuchillos de plata, que se incluyen en sus obras y en los que
aparece escrito su nombre, se puede ver una marca de la ciudad de Amberes.
Estos cuchillos, que los comensales llevaban a los banquetes, se empleaban como
regalo de boda y al contener su firma, podría ser un recuerdo de su propio
matrimonio que, en cualquier caso no está documentado.
Aunque
la costumbre y la ley no favorecían la integración de la mujer en el mundo
profesional, un reducido número de mujeres consiguieron salvar las limitaciones
existentes y convertirse en pintoras. Pero condicionantes como la dificultad
del aprendizaje del dibujo anatómico a partir de modelos vivos, normalmente
masculinos que posaban desnudos, a los que las mujeres no tenían acceso,
limitaba su producción al género del bodegón o el retrato.
Clara Peeters cultivó el generó del
bodegón y un estilo que insiste en la apariencia real de las cosas, premisas
que revelan un espíritu emprendedor y una mentalidad vanguardista, ya que
cuando comenzó a trabajar en este género, en la primera década del siglo XVII,
solo unas cuantas obras de este tipo formaban parte de las colecciones de los
Países Bajos Meridionales y el realismo se ofrecía como una alternativa al
idealismo de la tradición renacentista.
Bodegón con Gavilán, aves, porcelana y conchas
Clara Peeters
Óleo sobre tabla, 52 x 71 cm
c. 1611
Madrid, Museo nacional del Prado
Clara
Peeters a menudo incluyó, en sus cuadros,
autorretratos reflejados en las superficies de jarras y copas. Estos retratos,
apenas visibles, aparecen en al menos ocho de sus obras, de las cuales se
pueden contemplar en esta exposición. Estos autorretratos también descubren su
calidad como artista ya que su diminuta escala es una demostración de su
maestría.
Bodegón con flores, copa de plata dorada,
almendras, frutos secos, dulces, panecillos, vino y jarra de peltre los
reflejos en la copa de plata y la jarra de peltre muestran a la artista
con un tocado, un gran cuello y un vestido de hombros altos de 1611.
Bodegón con flores, copa de plata dorada, frutos secos, dulces, panecillos, vino y jarra de peltre.
Clara Peeters.
Óleos sobre tabla, 52 x 73 cm
Madrid, Museo Nacional del Prado.
Otros
como Bodegón
con pescado, vela, alcachofas, cangrejos y gambas. Bodegón con arenque,
cerezas, alcachofa, jarra y plato de porcelana con mantequilla. Bodegón con
quesos, almendras y panecillos, y Bodegón con quesos, gambas y cangrejos de rio
muestran tan solo la cabeza de la
artista reflejada en las tapas de las jarras.
Bodegón con flores, copas doradas, monedas y
conchas refleja de 1612, en la superficie de la copa de la derecha, hasta seis
autorretratos de Peeters en los que se muestra con pinceles y paleta reafirmando
su condición de mujer pintora y animando al espectador a reconocer su
existencia. Al pintarse a sí misma, también enfatizaba el ilusionismo de la
obra: Tenemos la sensación de que la
vemos mientras pinta.
La
amplia distribución de su obra en colecciones de Róterdam, Ámsterdam o Madrid
sugiere que aspiraba a obtener beneficios de su obra y que trabajaba de forma
altamente profesional exportando su arte a través de marchantes.
Entre las primeras
colecciones donde se documenta la presencia de cuadros de Clara Peeters en el
siglo XVII está la Colección Real española. El Museo del Prado, heredero
de esa colección, posee cuatro importantes naturalezas muertas de la artista,
la mayor concentración de su obra en una
misma institución. Por esta razón el Museo del Prado ha organizado, en
colaboración con el Koninklijk Museum
voor Shone Kunsten de Ámberes y el Museum Rockoxhuis de Ámberes, la primera
exposición monográfica dedicada a Clara Peeters. El comisario de la muestra es:
Alejandro Vergara, Jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuela del
Norte.
La
escasez de referencias documentales sobre Peeters convierte su obra en una
fuente de información extraordinaria para descubrir a esta pintora,
contemporánea de Jean Brueghel el Viejo, Rubens, Snyders, Van Dyck, formando
parte de un período de apogeo en la historia del arte europeo.
© Mariví Otero 2016
Asistente:
Manuel Otero Rodríguez
Fuentes: El
arte de Clara Peeters. Exposición. Museo Nacional del Prado. Del 25 octubre
2016 al 19 febrero 2017.
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