Amadeo Modigliani. Elena Povolozky, 1917.
Óleo sobre lienzo.
Todo
aquel que esté al tanto de la pintura moderna conoce la colección Phillips.
Mejor dicho, casi todo el que esté al tanto de la pintura. Los comienzos de la modernidad,
el posimpresionismo como se solía llamar, los acepta todo el mundo ahora como
los fundamentos de nuestra manera de entender las artes plásticas. Constituyen
el eje en torno al cual todavía sigue
girando todo lo concerniente a las artes. La persona que asiste a este
fenómeno, está acostumbrada a ver el
nombre de esta colección en casi todas
las reproducciones de sus cuadros favoritos.
La
Phillips Collection celebra este año su noventa y cinco
aniversario. En el marco de esta efeméride y de forma excepcional, la
institución norteamericana, con sede en Washington, ha preparado una exposición
itinerante internacional a partir de sus fondos. La muestra únicamente podrá
verse en tres ciudades. Tras su paso por el Palazzo delle Esposizioni de Roma,
la muestra llega a España de la mano de la Obra Social “La Caixa” Tras haber
sido expuestos en CaixaForum Barcelona, los fondos llegaron a CaixaForum Madrid donde se pueden ver
entre julio y octubre.
Se diferencia de otras instituciones que se
establecieron en el periodo de entreguerras del siglo pasado por el interés de
su fundador, Duncan Phillips (1886-1966), en las conexiones entre
obras de arte del pasado y las del presente. Desde joven, Phillips siempre
quiso apoyar a los artistas jóvenes, adquiriendo obras en base a sus méritos y
no porque pertenecieran a tendencias
especificas o fueran reconocidas.
Apostó siempre por la idea de la modernidad como un diálogo entre pasado y
presente, sin ningún tipo de restricción geográfica, nacional ni histórica. (Conferencia
a cargo de la comisaria de la exposición Dr. Susan B. Frank y conservadora de
la Phillips Collection).
Impresionistas
y modernos. Obras maestras de la Phillips Collection presenta
una selección de pinturas del que fue el primer museo de arte moderno de
Estados Unidos. Esta destacada institución
abrió sus puertas al público en 1921, concebida por su fundador, Duncan
Phillips, como “un museo íntimo combinado
con un centro de experimentación” comenta la Dra. Susan Behrends Frank. En
la actualidad, la Phillips Collection es reconocida en todo el mundo por su
colección de arte de los dos últimos siglos.
Esta excepcional muestra
reúne sesenta obras de cuarenta y cuatro artistas europeos y americanos.
Distribuida en seis ámbitos temáticos que se articulan cronológicamente,
refleja la evolución de la pintura moderna desde el siglo XIX hasta bien
entrado el siglo XX. Se inicia con una selección de obras de los principales
artistas que revolucionaron la pintura europea como Ingres, Delacroix, Courbet o Manet, en estrecho diálogo con los grandes maestros
impresionistas como Van Gogh, Cézanne, Degas, Monet y Sisley.
Edgar Degas (1834–1917), Bailarinas en la barra, ca. 1900.
The Phillips Collection, Washington D.C.
Ocupan un lugar central los maestros modernos que han dado forma a la
visión artística del siglo XX, incluyendo a Bonnard, Braque, Gris, Kandinsky,
Kokoschka, Matisse, Modigliani, Picasso, Soutine y Vuillard.
Pablo Picasso, La habitación azul, 1901. The Phillips
Collection, Washington DC. © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid 2016
Junto con los estadounidenses Arthur Dove y Georgia O’Keeffe.
Georgia O'Keeffe. Motivo de hojas, 1926.
Óleo sobre lienzo.
La muestra finaliza con algunos
trabajos seminales del periodo de posguerra a cargo de artistas americanos y europeos como De Staël,
Diebenkom, Gottlieb, Guston y Rothko, que contribuyeron a crear una experiencia
totalmente nueva para el visitante de exposición.
Nicolas de Staël. Fuga, 1951 - 1952.
´óleo sobre lienzo.
Ámbitos
de la exposición:
1. Clasicismo, romanticismo y realismo
En el arte europeo y estadounidense del
siglo XIX se produce un diálogo constante entre los ideales clásicos y la
imaginación romántica y el realismo de los hechos observados. El clasicismo se
entendía como la búsqueda de lo intemporal e ideal a través de la conciliación
entre contrarios para alcanzar el equilibrio y la realidad en la composición.
El realismo se convirtió en el antídoto para ambos, puesto que se centraba en
los hechos observables como remedio contra la naturaleza idealizada el misterio
y el exotismo.
2. Impresionismo y posimpresionismo
A medidos de la década de 1860, el realismo
dio paso a los impresionistas franceses, entre ellos a Claude Monet y Alfred
Sisley, que insistían en pintar escenas de la vida cotidiana y vistas urbanas o
paisajes trabajándolas al aire libre con una paleta luminosa y prismática. En
la producción de todos ellos, la naturaleza ya no es el resultado final, sino
que se convierte en un punto de partida para generar interpretaciones
personales.
3. París y el cubismo
[…] Hacia 1910, con la invención del cubismo, llagaba el
momento decisivo de romper las ataduras con la realidad visual. Los artífices
fueron Picasso y Braque, decididos a abandonar la perspectiva tradicional para
crear un modo totalmente distinto de pintar. Los principios de forma
fragmentada y puntos de vista variados en los que se basa el arte cubista
acabaron influyendo en muchos pintores y escultores llegando también hasta Gran
Bretaña y Estados Unidos.
4. Intimismo y arte moderno
A finales del XIX, en Francia se
concebía la pintura como algo personal o “intimo”, vinculada a los sentimientos
y a la imaginación del artista. Dos de las figuras fundamentales que exploraron
este terreno fueron Pierre Bonnard y Edouard Vuillard, que pintaron escenas de
su vida privada, en la que incluyen amigos y familiares, con un estilo muy
personal. Para los artistas de la era moderna, se convirtió en un instrumento
que les permitió explorar nuevos lenguajes estéticos y artísticos, al margen de
la función moralizante y simbólica que tradicionalmente había tenido como
género. Los objetos que el artista elegía podían tener un valor o una
importancia personales. Los maestros modernos de la naturaleza muerta en el
siglo XX van desde Georges Braque, con sus composiciones perfectamente
equilibradas, hasta Giorgio Morandi y su intima poesía visual, o Ben Nicholson
con sus estructuras conceptuales de inspiración cubista. No obstante, es Herni
Matisse quien aporta los ejemplos más expresivos. Con obras de atrevido
cromatismo que combinan inventiva y vigor en un enfoque a medio camino entre la
abstracción y la figuración.
5. Naturaleza y expresionismo
En un nuevo siglo en el que se iban
normalizando la electricidad, los rayos X, los automóviles las películas de
celuloide y los aviones, todos esos cambios en la concepción del mundo y con
respecto al lugar que ocupaba la humanidad en él incitaron a muchos artistas de
ambos lados del Atlántico a crear equivalentes visuales de esas nuevas
experiencias. El expresionismo del siglo XX intentó con frecuencia poner de
relieve un sentido subyacente de lo
personal y lo espiritual que pudiera abarcar lo visionario. De todas formas,
aunque esos artistas europeos y estadounidenses consideraban que el arte podía
expresar la experiencia personal independiente del tema, la naturaleza siguió
una fuente de inspiración constante para todos ellos. Wassily Kandisky y Chaïm
Soutine, Georges Rouault, Oskar Kokoschka y la artista Georgia O’Keeffe.
6. Expresionismo abstracto
El expresionismo abstracto suele
asociarse a la nueva pintura estadounidense surgida tras la Segunda Guerra
Mundial. No obstante, la concepción expresionista de la abstracción no fue una
prerrogativa de los artistas norteamericanos, sino también de los europeos y,
en especial, de lo que vivían en el París de la posguerra, entre 1945 y 1951.
Entre los miembros de la segunda Escuela de París, se encontraban numerosos
extranjeros, como Nicolas de Staël, de origen ruso, y la pintora protuguesa
Maria Helena Vieira da Silva, que experimentaron con pequeñas manchas de color sobre lienzos
de tamaño caballete para elaborar su particular visión pictórica. La Phillips
Collection dio a conocer el trabajo de estos artistas en Estados Unidos.
Al otro lado del Atlántico, una generación de
artistas había alcanzado la madurez creativa en la década de 1940 y 1950
convirtió a Estados Unidos en una potencia internacional, y con ello a la
ciudad de Nueva York en la capital mundial del arte, en sustitución de París
como centro de la actividad artística de vanguardia. Afectados por la conmoción
política de la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias, aquellos jóvenes estadounidenses
consideraron que el artista contemporáneo se enfrentaba a lo que describieron
repetidamente “una crisis del tema”. Para muchos de ellos como Adolph Gottloeb,
Philip Guston, Willem de Kooning, Robert Motherwell, Jackson Pollock y Mark
Rothko.
Un
recorrido delicioso, para disfrutar de una espléndida selección de obras, de la gran Phillips Collection de Washington.
© Mariví Otero 2016
Asistente:
Manuel Otero Rodríguez
Fuente: Impresionistas
y modernos. Obras maestras de la Phillips Collection. Del 14 julio al
23 de octubre 2016. Área de comunicación de la Obra Social “La Caixa”. Juan
Antonio García Fermosel. CaixaForum Madrid.
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