jueves, 15 de diciembre de 2011

El Hermitage en el Prado


Son las doce de la mañana, acabo de llegar al Museo de Prado, siempre que accedo al Prado recuerdo cuando estudiaba y nos traían  a visitar algún artista o cuadro especial, tengo fotos de mi juventud con mis compañeros en la estatua de Velázquez, de Goya, o de Murillo, cualquier día os pongo una, ¡claro! son en blanco y negro, soy una venerable.
Después de estos recuerdos,  entro a ver esta gran exposición  El Hermitage en el Prado. Todo fluye tranquilo dentro del espacio expositivo, se nota que los visitantes son o somos muy civilizados y  nos vamos cediendo  la contemplación de las obras en un orden exquisito.

La celebración del Año Dual España-Rusia 2.011, trae al Museo del Prado una colección  de más de 170 obras de la gran colección  enciclopédica  del Hermitage, el mayor  tesoro artístico de Rusia: desde valiosas piezas de arqueología como el oro de Siberia, hasta artes decorativas de Europa, como las joyas de la casa Fabergé. Dentro de este programa se celebró en el museo ruso la muestra El Prado en el Hermitage, que incluyó 66 obras maestras de las escuelas española, italiana, y flamenca, de la pinacoteca madrileña de 1450 a 1820. Esta fue la primera vez en la historia que el Prado prestaba un grupo de obras  tan significativas para una exposición fuera de España. Su objetivo era mostrar al público ruso obras de una gran calidad estética y representatividad e importancia histórica, que coinciden con los hitos de la pintura europea.
La historia de la creación del departamento de arte de Europa Occidental en el Museo del Hermitage repite en muchos aspectos  la de San Petersburgo-Leningrado. Tal como la nueva capital rusa, fundada en el delta desértico y pantanoso  del rio  Neva, un cuarto de siglo más tarde pasmaba a los visitantes con su opulencia y lujo que en nada cedía al de las más grandes urbes del mundo, así la colección  de obras de arte de los países europeos, cuya constitución remonta al año 1764  -fecha que tradicionalmente marca  la fundación  del Hermitage- podía rivalizar, pasado también  no más de un cuarto de siglo, con las más célebres colecciones europeas.

Desde luego, piezas sueltas de las artes de Europa Occidental afluían a Rusia mucho antes, particularmente durante el reinado de Pedro El Grande, pero su reunión metódica y ordenada  no se inicia en la segunda mitad del siglo VXIII. Las primeras adquisiciones de Catalina II estaban destinadas a embellecer las salas del nuevo y enorme Palacio de Invierno. Pero en breve la colección palaciega se convirtió –habida cuenta de su importancia- en verdadero museo adjunto al palacio, el futuro Hermitage […]

Uno de los aspectos  que hacen del Hermitage un museo único es su colección de piezas antiguas de oro obtenidas en excavaciones arqueológicas a partir del siglo XVIII, y expuestas en esta exposición en un ámbito  especial. El conjunto está formado por las armas y adornos de oro de los nómadas escitas de Eurasia (s. V a. C. al s. III a. C), de la colección  Siberiana de Pedro I y por joyas escitas realizadas por orfebres griegos que fueron halladas en cámaras funerarias de la costa del mar Negro.

La exposición muestra además  una importante selección de pinturas, dibujos y esculturas de los siglos XVI al XX que ilustran la riqueza, el origen, y la evolución de la colección del Hermitage. Este Museo cuenta con el mejor conjunto de pintura holandesa y flamenca del siglo XVII (Tiziano, Rembrandt, Hals, y Rubens, todos representados en esta muestra) fuera de los Países Bajos, creada gracias a la pasión de Pedro el Grande por el arte de los holandeses. Sus sucesores, especialmente Catalina la Grande y Alejandro I, además de realizar encargos concretos a artistas, como Chardin y Thorvaldsen, compraron importantes colecciones de arte como la del comerciante berlinés Gotzkowski o la de Josefina Bonaparte [...]

San Sebastián. Tiziano. C. 1575

En un ámbito en la sala C del Prado, se puede disfrutar la colección  de arte del siglo XIX y de las vanguardias europeas que ingresó en la colección del Hermitage ya en el siglo XX. Tras la Revolución  de 1917, cuando se nacionalizaron las grandes colecciones de arte  imperiales y privadas de Rusia, el Hermitage, como museo estatal, seleccionó cuidadosamente obras de artistas como Friedrich, Ingres, y Rodin. La carencia  de obras impresionistas de Monet o Renoir y de las vanguardias europeas –Picasso, Matisse o Van Dongen- se subsanó en 1948, tras la disolución del Museo Estatal de Arte Occidental de Moscú, formado principalmente a partir de las colecciones de arte de dos moscovitas, Sergei Schukin e Iván Morózov. Desde entonces el Hermitage ha continuado adquiriendo obras de arte contemporáneo como el Cuadrado Negro de Malévich, que ingresó en la colección en 2002.

No he citado la colección  de nuestros artistas españoles, Velázquez,  El Greco, y Ribera, y otro no español; Caravaggio, todos esplendidos.

Pero he de confesar que el final de la exposición la cierra una belleza de obra: Cuadrado negro de Malévich, una obra… Diría que es pequeña pero que es exquisita; se come a un gran Kandinsky. ¡Así evoluciona nuestro mundo del arte! Me gustan las evoluciones.
Cuadrado Negro. Malévich. 1923-29

Composición VI. Kandinsky. 1913
No dejéis de ver esta muestra. También podéis hacer un viaje a Leningrado, yo tengo el catálogo, hace años lo conocí.
Museo del Prado del 8 de Noviembre de 2011 al 25 de Marzo de 2012.

Comisario: Mikhail Piotrovsky, director del Museo del Hermitage
    
© Mariví Otero 2011


Bibliografía: Manual de mano El Hermitage en el Prado. Museo del Prado.  Madrid, España. Biblioteca personal: Catálogo. VV.AA. El Ermitage. Editorial Artes Aurora, Leningrado 1984.

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